No, no fue nada fácil conseguir mi sueño. Podría haberme quedado en mi ciudad de origen y no haber salido de mi zona de confort para luchar por mis sueños. Yo ya sabía que no iba a ser fácil, sabía a lo que me enfrentaba. También era consciente de que solo se vive una vez y que la vida, como decía mi padre, pasa muy deprisa.
Hubo mucha gente que no entendió mi decisión. No pasa nada. En su día me dolió, claro, porque mi éxito o mi fracaso también les afectaría a ellos. Aún hoy me sorprendo al recordar su falta de apoyo y sus miles de zancadillas. PERO YO YA LO HABÍA DECIDIDO Y NO DARÍA MARCHA ATRÁS.
No fue decisión de un día. Estaba harta de sentirme nada, de sentirme NADIE. En una ciudad donde la mayoría no quería estudiar, no quería hacer nada más allá que no fuera algo relacionado con la construcción pues daba mucho dinero, escuchar decir a una persona que se quería ir a Alemania en aquellos tiempos donde ni de lejos el alemán era una lengua importante y sí considerada muy difícil de aprender, lo mío sonaba a locura, a locura propia de Don Quijote que venía en los árboles del cordel por donde solía pasear las metas que debía alcanzar, mejor dicho, los pequeños logros y pasos que debía dar hasta llegar a mi gran sueño final.
Ahora, doce años después, sé que hice cosas de las que me arrepiento, sacrifiqué mucho, demasiado. Confié en gente en la que no debí nunca confiar, y sobre todo, me parte el alma y el corazón porque la persona una persona especial que nunca olvidaré, ya no estará jamás conmigo.Murió hace poco, bastante joven. Pero siempre lo recordaré.
Ya ha pasado el tiempo, ya puedo hablar de todo, sin tormentos ni traumas. Que pude haberlo hecho mejor ,no me cabe ninguna duda. Que tuve momentos duros y tuve que haber actuado de otra manera, no me cabe duda. Pero hay que tener en cuenta que la vida(gente) no me lo puso nada fácil y por otras circunstancias sufrí mucho, mucho, tal vez demasiado. Eso sí, siempre procuraba cumplir mi sueño, de alguna manera, aunque no fuese según el plan A iniciado.
Lo que aún sí mantengo en mi mente es Madrid, la ciudad de Madrid, donde eres un azucarillo, donde empezó todo, donde fui desde allí al cielo, a las nubes, en el avión, cuando yo tengo pánico a volar, pero por Alemania todo, por mi sueño todo, porque LOS SUEÑOS SE PUEDEN HACER LA REALIDAD y porque una vida sin sueños, no es vida.
Adelante, siempre adelante, momentos durísimos hubo, pero así es la vida, con sus luces y sus sombras, con sus rosas y espinas, con anocheceres y amaneceres, donde vuelve a brillar el sol, donde todos los días SE EMPIEZA DE NUEVO.
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