Aquí sigue Clara, ahogando sus penas con una botella pequeña de coca cola. No puede más. Su marido , que la pidió hace un mes que admitiera a vivir a su hijo con ellos, no tiene el valor de decirle que se tiene que buscar una casa. Clara no soporta que cuando llega de trabajar, su hijastro esté el el sofá. Entiende que el chico viene de trabajar y necesita relajarse pero lo que hace éste es dormir, dormirse muy temprano. El otro día Clara estaba comentando algo de su marido y el hijo protestó porque le despertó. Con que desfachatez se queja el hijo?por su culpa Clara no tiene intimidad, y no me refiero a la intimidad de cuerpo, sino a la intimidad del alma, a la intimidad de charlar con su marido al final de la jornada. Por suepuesto también que la intimidad corporal se ve afectada. El chico, ya de 24 años, no quiere buscarse una habitación para no pagar el alquiler. Ha estado los últimos años dando tumbos en casa de amigos, sin pagar un céntimo, hasta que éstos ,ya hartos de su acti